Indigesta


Un peligro de derrumbe.

Una reunión de consorcio.

La vecina con bata a la que le importa todo, demasiado. Grita en el hall de entrada. Se involucra. Quiere tener la razón. Mandonea. Sacude los brazos como una marioneta. Hasta que llega la hora de su novela y todo deja de importarle. Se retira.

Los espárragos. Que son siempre más sabrosos a la plancha.

Un aburrimiento que, por momentos, abruma. Y una bruma que, por momentos, aburre.

Una mujer que habla por teléfono en el asiento de al lado. Grita. Me entero de su crisis conyugal. De su alergia al pescado. De sus hongos. ¡No quiero tantos detalles!

Una nota de trompeta. Suspiro.

Una lagaña negra de rimel.

Un pelo encarnado.

Una uña encarnada.

Carne. Que no se encarna, porque ya es carne.

¡Esta noche voy a cocinar carne con espárragos! Mientras mastico, la canción de Raphael retumba dentro de mi cabeza. "Escándalo". Mastico, mastico y mis papilas gustativas cantan: "Espárrago, es un es-pa-rra-go. Espárrago, es un es-pa-rra-go." Me indigesto.

La lagaña negra de rimel y el pelo encarnado dialogan. Parecen llevarse muy bien. Bailan y se entrelazan, al ritmo de la trompeta. Al ritmo de Raphael.

Mis vecinos gritan. ¡Me exaspera! El no-registro del otro. Registro. La gente que pronuncia la "R" de manera exagerada, también me exaspera. Como si quisieran imponernos su "R". ¡Que se la guarden! ¡No quiero sus Errres! Si las quisiera se las pediría prestadas. O como regalo de cumpleaños. O se las robaría. Registro. ¡Eso necesitan! Pensándolo bien, yo también necesito un poco de registro. Mañana tengo que ir a la librería y comprar hojas "registro exacto". Me lo anoto en la palma de la mano.

Corto la carne. Mi mano sujeta con fuerza el cuchillo. Se corre lo que escribí. Lo leo. Mañana voy a comprar en la librería un "re---g---ato". Sería algo así como un gato gigante. No me vendría mal.

Me pregunta la psicóloga, qué me como cuando me como las uñas. Me parece obvia la respuesta. ¡Me como las uñas cuando me como las uñas! ¿Pero qué te estás comiendo en realidad?- Insiste.

Entonces lo pienso, una. Dos veces. Y le respondo: Me como un peligro de derrumbe, una reunión de consorcio, una vecina con bata, espárragos con carne, uñas y pelos encarnadas, una lagaña negra de rimel, una hoja blanca registro exacto, una conversación ajena, gritos ajenos, gritos propios, notas de trompeta, erres y más erres. Un gato gigante. ¡¡¡Esparrrrrrrrrrrrrago!!!- Le canto - ¡¡¡Es un es-pa-rrrrrrrrrrrrra-go!!!

Me indigesto.


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