Palmeritas

No quiero escuchar más. ¡¡Mirá cómo aumentó el tamaño de mis oídos!! Mi factura preferida es la palmerita, pero vos siempre me comprás las de dulce de membrillo. Y eso es porque no me escuchás. Pero hoy soy yo la que no quiero escuchar más. Y me voy en triciclo hasta un bar. Pido una leche con palmeritas y mis orejas vuelven a ser como antes: dos palmeritas. Pequeñas y hojaldradas.

Comentarios

Maite Oz dijo…
ja! genial