La Boca

Tomen binoculares,
Para ver de cerca el puerto.
Si abren fosas nasales
Sentirán olor a muerto.

No respiren por nariz:
Es un olor que sofoca.
No por nada lo han llamado
a este barrio el de La Boca.

Cuentan que allá y entonces
se ha bañado una doncella.
Murió, se convirtió en bronce
¡No se supo más de ella!

Nadie la ha vuelto a ver
pero dice la leyenda,
que el puerto es esa mujer,
que de día huele horrenda.

El río es su bañadera,
toma allí su baño eterno.
Y de tanto en tanto espera
irse al cielo o al infierno.

Hay quien dice que no ha muerto,
que simplemente está en coma,
y que los barcos del puerto,
son sus patitos de goma.

Eso que está a lo lejos,
a simple vista una grúa,
Tomen ya sus catalejos:
Es su brazo, que saluda.

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