
Mi vida se ha estado pareciendo cada vez más a un gran punto suspensivo. Si al menos fueran tres…Pero no. Me planteo todo. No avanzo. Me ahogo. Me tropiezo y caigo, sin haber dado todavía el primer paso.
Al mismo tiempo, es la primera vez que lo logro. Porque es necesario cierta estabilidad para ser un punto suspensivo. Suspenderse en la inestabilidad, sería fatal. Que sea la primera vez no significa necesariamente que sea algo bueno. ¿O acaso debería ponerme contenta? No. De ninguna manera.
Claro, los extranjeros. Ellos parecen siempre felices. Protagonistas de alguna película mala. Son dos las razones: No tienen subtítulos y
Aunque : yo soy extranjera para un checo. Si yo fuera checa diría que yo misma soy feliz. ¿Estando con un checo solucionaría parcialmente mi problema? Nos escucharíamos por horas, sin subtítulos, siendo música el uno para el otro. Felices ambos.
La Embajada Checa hoy está cerrada. Y olvidé mis documentos . Pero cómo conquistar a un checo si no entiende lo que digo. Abanico mis pestañas. Él mira para otro lado. Abanico mis pestañas, pero antes, toco su hombro. Me mira. Se ríe de mi. La risa y las pestañas son el idioma universal.
No. El checo no es la solución. ¿Un polaco? Llevaré este tema a la próxima sesión. Pienso que mi psicóloga la pasa realmente bien escuchándome. La odio. No la culpo.
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