Arrástrame, llévame volando,
haz lo que quieras conmigo,
pero lejos de acá.
Si soy muy pesada,
toma un buen envión.
Junta tus fuerzas y hazlo de una vez.
Si aun así no puedes, llámame ancla
y desánclame.
Por lo que más quieras.
Si aun así no lo logras,
te diré que vueles lejos,
y me dejes cual ancla.
No quiero anclarte a mí,
si es que no puedes llevarme
a volar contigo.
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