¡¡Hoy no caminaré al revés!!

¡¡Hoy no caminaré al revés!! ¡¡Deberán pagar para que lo haga!!

Y no hablo de confituras. Estoy realmente cansada de que me sobornen con esas galletitas. Al principio lo lograban. Yo accedía felizmente. Pero por fin descubrí que, de cabeza, no consigo hacer bien la digestión, y las galletitas se bifurcan. Vaya a saber uno por qué camino.

En mi cabeza, sospecho yo, hay una cavidad oscura y profunda. Allí se acumulan pilas y pilas y pilas de galletitas no digestas. Esto podría, en el fututo, traerme daños colaterales irreparables. Sin dejar de mencionar que mi aseguradora de riesgos de trabajo no cubre este tipo de accidentes, quedando yo así sin indemnización alguna y a la buena de Dios.

Lo repetiré. Esta vez y cuantas veces sean necesarias: Es lo último que conseguirán de mí. Puedo crear hermosas esculturas de mármol, esculpirlas con mi alicate para las uñas. Puedo recorrer el Vaticano desclasa y ligera de ropas, cantando canciones promiscuas hasta que me deporte. Puedo caminar en diagonal y generar hipotenusas con mis pisadas, hipotenusas incalculables. Pero caminar de cabeza, no más.

Lo segundo que descubrí fue que, luego de masticarlas y tragarlas, las galletitas ya no estaban más. Se habían ido. Eran un placer, para el paladar y para mis papilas. Dulce sí, mas no eterno. ¡Noches pegajosas de insomnio! ¡El no poder tocarlas! ¡Olerlas! Sabiendo que se encontraban en algún sitio dentro de mi cabeza, sin saber cómo acceder a ellas.

Caminar al revés no es mérito de nadie, lo sé. Es que tampoco yo busco sacar ventajas con esta virtud que me acompaña, como acompaña la dama de compañía a una vieja adinerada que le paga por hacerlo. Claro que yo no le pago a mi virtud por acompañarme. Bueno sería.
Pero ustedes sí deberían hacerlo. Pagarme, a mi virtud y a mí. A las dos. Aguinaldo y vacaciones también. Y licencia con goce de sueldo, para cuando mi virtud se embarace.

Hasta dónde son capaces de llegar con todo este asuntillo. Realmente, no lo sé. Pero al menos, háganlo con cierta responsabilidad civil.

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